La despedida de la etapa premortal:

Por orden de importancia e intensidad de emociones, comenzaré hablando de la parte final de mi estancia en la etapa anterior más reciente, antes de nacer aquí en la Tierra, y hablarles de ella, la mujer más importante en toda mi eternidad... Mahana...

Recuerdo que antes de marcharme, giré mi rostro y ella no me perdía de vista, a lo lejos, tanto en la distancia como en el tiempo, sus bellos ojos y su mirada no perdían ni su expresión ni su intensidad... Y ella, como solía hacerlo desde que me eligió, habló con ternura a mi mente... "Sigue... adelante... Lo has logrado siempre... Hoy también lo harás... Nos separaremos por un breve momento..." Sólo pude responder sí... Mi mente, mi sentidos, mi memoria se matizaban de blanco, olvidaba para ese momento casi todo... -sabía que debía ser así-... Era parte de lo que se había planeado con suficiente tiempo...

Algo desconocido comenzaba a invadir mi comprensión, luego supe que había comenzado a experimentar miedo, algo que antes no conocía... estaba sorprendido de comenzar aún antes de nacer, a experimentar lo que me esperaba allá...

Te busqué de nuevo en la distancia, ya no lograbas verme, tu pelo se agitaba viento, y tu mano me despedía aún.... Tus ojos derramaban un par de diamantes... Nunca me lo dijiste, pero lo supe siempre... Que nuestro destino juntos, aunque no sellado, le llamaban como sobrenombre en los lugares elevados, "Imposible"... Si, no te enteraste nunca, fuiste muy valiente al ocultármelo pero, siempre lo supe... Sé que en la vida temporal... No te encontraré...

Mas en ese momento, cuando vi la tristeza y la melancolía brotar de tus ojos... En ese momento me hice una promesa, que en realidad fue hecha para tí... Usé en ese momento uno de los siete sellos que se nos permitió utilizar para situaciones personales críticas.. Sí, sé que debía utilizarlos con mucha sabiduría por que no se repondrían, mas en ese momento, aún antes de nacer, te hice entonces la promesa... Decidí... Sellé... Gritando, con toda mi mente, fuerza y corazón: ¡No me perderé!

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